† Vosotros, pues, oíd lo que significa la parábola del sembrador: si uno escucha la palabra del reino sin entenderla, viene el Maligno y roba lo sembrado en su corazón. Esto significa lo sembrado al borde del camino. Lo sembrado en terreno pedregoso significa el que escucha la palabra y la acepta enseguida con alegría; pero no tiene raíces, es inconstante, y en cuanto viene una dificultad o persecución por la palabra, enseguida sucumbe. Lo sembrado entre abrojos significa el que escucha la palabra; pero los afanes de la vida y la seducción de las riquezas ahogan la palabra y se queda estéril. Lo sembrado en tierra buena significa el que escucha la palabra y la entiende; ese da fruto y produce ciento o sesenta o treinta por uno». |
† Mt 13, 18-23 |
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†
«En
verdad, en verdad os digo: el que no
entra por la puerta en el aprisco de las
ovejas, sino que salta por otra parte,
ese es ladrón y bandido; pero el que
entra por la puerta es pastor de ovejas.
A este le abre el guarda y las ovejas
atienden a su voz, y él va llamando por
el nombre a sus ovejas y las saca fuera. |
† Jn 10 - 1 a 10 |
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† «Y adonde yo voy, ya sabéis el camino».
Tomás le dice: |
† Jn 14 - 4 y 6 |
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«Yo soy la
verdadera vid, y mi Padre es el
labrador. A todo sarmiento que no da
fruto en mí lo arranca, y a todo el que
da fruto lo poda, para que dé más fruto
... permaneced en mí, y yo en vosotros. Con esto recibe gloria mi Padre, con que deis fruto abundante; así seréis discípulos míos». |
† Jn 15 - 1 a 8 |
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† soy yo quien os he elegido y os he destinado para que vayáis y deis fruto, y vuestro fruto permanezca. |
† Jn 15 - 16 |
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Dar
frutos. Quienes aceptan las enseñanzas con entusiasmo basado en el
sentimiento no sirve para nada, son los que luego dicen: "no siento
nada" . Tampoco los que fluctúan de mucho a nada. Ni los "muy ocupados", que no tienen tiempo para lo realmente importante, para lo que no es mundano. Hay que perseverar no solo en oir, sino en escuchar a Jesucristo, entender con el corazón y dar fruto. |