Al ver a las muchedumbres, se compadecía de ellas, porque estaban extenuadas y abandonadas, «como ovejas que no tienen pastor».   Entonces dice a sus discípulos: «La mies es abundante, pero los trabajadores son pocos;  rogad, pues, al Señor de la mies que mande trabajadores a su mies».
Llamó a sus doce discípulos y les dio autoridad para expulsar espíritus inmundos y curar toda enfermedad y toda dolencia.   Estos son los nombres de los doce apóstoles: el primero, Simón, llamado Pedro, y Andrés, su hermano; Santiago, el de Zebedeo, y Juan, su hermano;   Felipe y Bartolomé, Tomás y Mateo el publicano; Santiago el de Alfeo, y Tadeo;  Simón el de Caná, y Judas Iscariote, el que lo entregó.  A estos doce los envió Jesús con estas instrucciones: «No vayáis a tierra de paganos ni entréis en las ciudades de Samaría,  sino id a las ovejas descarriadas de Israel.  Id y proclamad que ha llegado el reino de los cielos.  Curad enfermos, resucitad muertos, limpiad leprosos, arrojad demonios. Gratis habéis recibido, dad gratis.
 

Mt 9, 36-38 10, 1- 8

       

« Un discípulo no es más que su maestro, ni un esclavo más que su amo;  ya le basta al discípulo con ser como su maestro y al esclavo como su amo. Si al dueño de casa lo han llamado Belzebú, ¡cuánto más a los criados!  No les tengáis miedo, porque nada hay encubierto, que no llegue a descubrirse; ni nada hay escondido, que no llegue a saberse.  Lo que os digo en la oscuridad, decidlo a la luz, y lo que os digo al oído, pregonadlo desde la azotea.  No tengáis miedo a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma. No; temed al que puede llevar a la perdición alma y cuerpo en la gehenna.  ¿No se venden un par de gorriones por un céntimo? Y, sin embargo, ni uno solo cae al suelo sin que lo disponga vuestro Padre.  Pues vosotros hasta los cabellos de la cabeza tenéis contados.  Por eso, no tengáis miedo: valéis más vosotros que muchos gorriones.  A quien se declare por mí ante los hombres, yo también me declararé por él ante mi Padre que está en los cielos.  Y si uno me niega ante los hombres, yo también lo negaré ante mi Padre que está en los cielos.

Mt 10 - 24-33

       

«Con esto recibe gloria mi Padre, con que deis fruto abundante; así seréis discípulos míos».

Jn 15 - 8

       

  La Iglesia es jerárquica y carismática, no es una organización democrática. Jesucristo nos dice que pidamos obreros para su mies, personas que amen a Cristo.

No exigir a un sacerdote lo que no nos exigimos a nosotros mismos. Pedirles que se levanten cuando caen, que luchen por su conversión continua.

El discípulo debe trasmitir lo que enseña el maestro.
No lo que dice la mayoría para conformarla. Las ideologías son creaciones humanas.