Llamó a sus doce discípulos y les dio autoridad para expulsar espíritus inmundos y curar toda enfermedad y toda dolencia.  Estos son los nombres de los doce apóstoles: el primero, Simón, llamado Pedro, y Andrés, su hermano; Santiago, el de Zebedeo, y Juan, su hermano;  Felipe y Bartolomé, Tomás y Mateo el publicano; Santiago el de Alfeo, y Tadeo;  Simón el de Caná, y Judas Iscariote, el que lo entregó.  A estos doce los envió Jesús con estas instrucciones: «No vayáis a tierra de paganos ni entréis en las ciudades de Samaría,  sino id a las ovejas descarriadas de Israel.  Id y proclamad que ha llegado el reino de los cielos.

 Mt 10 -  1/7

       

 Jesús repitió: «Paz a vosotros. Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo».

 Jn 20 -  21

       

 Después de comer, dice Jesús a Simón Pedro: «Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que estos?». Él le contestó: «Sí, Señor, tú sabes que te quiero». Jesús le dice: «Apacienta mis corderos».  Por segunda vez le pregunta: «Simón, hijo de Juan, ¿me amas?». Él le contesta: «Sí, Señor, tú sabes que te quiero». Él le dice: «Pastorea mis ovejas».  Por tercera vez le pregunta: «Simón, hijo de Juan, ¿me quieres?». Se entristeció Pedro de que le preguntara por tercera vez: «¿Me quieres?» y le contestó: «Señor, tú conoces todo, tú sabes que te quiero». Jesús le dice: «Apacienta mis ovejas.  En verdad, en verdad te digo: cuando eras joven, tú mismo te ceñías e ibas adonde querías; pero, cuando seas viejo, extenderás las manos, otro te ceñirá y te llevará adonde no quieras».  Esto dijo aludiendo a la muerte con que iba a dar gloria a Dios. Dicho esto, añadió: «Sígueme».

 Jn 21 -  15/19

  Discípulos: seres humanos, revolucionarios, publicanos, pecadores, traidores ...  vasijas de barro para contener un tesoro.

Debemos fijarnos en el contenido, no en las vasijas.

Ovejas descarriadas: paganos bautizados, mayor dificultad porque  conocen pero no quieren seguir a Jesucristo.
Proclamad el amor de Dios, con alegría, esperanza, humildad y gratitud. Compartir penas y alegrías del prójimo.

 Pastores, enviados de Cristo. Amor a Jesucristo, primera condición para sus pastores. Cuidar de los niños y débiles y de los adultos, corderos y ovejas.